Era preciosa...

Era preciosa su forma
de mirar el mundo.
Su sonrisa que alumbraba la ciudad.
Aquellos ojos en los que se fundió
y que desearía ver una vez más.
Aquel sentimiento de ilusión al verle.
Esa sensación de que la casualidad
quería juntarles,
pero que nunca podía dar el paso.
Aquel nerviosismo de cagarla,
pero esa sensación de no rendirse.
Era preciosa su vista perdida
en el muro de piedra.
Y aquella sensación de que siempre,
siempre, podía sorprenderte.
Aquella alma escondida,
pero realmente transparente.
Aquella persona revolucionaria
que nunca tenía su vida clara,
pero sí sus ideas.
Era precioso aquello que nunca nacía,
por no destapar el miedo
a perder algo que aún no les pertenecía.
Y darse cuenta de que aunque nunca
serían posesión del otro,
sí sería el lugar donde volver
después de cada batalla.

V.K.

Comunicado: Quizás vaya dejando de escribir por un largo tiempo, debido a la falta de éste que comenzará dentro de poco.
Disculpen si no consigo subir nada durante un periodo.

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