Tuvieron su propia historia

Poco a poco vas sumergiéndote en la desidia de las cosas, aceptando que lo que te está pasando es porque te lo mereces o porque tiene que ocurrirte así. Entonces, es cuando empiezas a vestirte con la sonrisa más falsa que verás nunca y asumes ciertas mentiras en tu vida, como que todo pasará por si solo, como que nadie debe enterarse de lo que te ocurre y que odiar todo lo que te rodea es un acto cotidiano en los humanos.
Poco a poco te sumerges en una etapa de no saber a donde quieres ir, qué pensar, como debes actuar y si realmente debes quererte o es mejor odiar cada vez más esas partes de ti mismo.
Comienzas a odiar todas y cada una de las cosas que te ocurren y comienzas a perder la ilusión por todo, convirtiéndote en una maquina automatizada, pero sin saber por qué estás haciendo las cosas realmente.
Comienzas a cuestionarte todo, a montarte tus películas y quererlas más que a tu propia vida, comienzas a preguntarte que si eres lo que querías ser de pequeño y te das cuenta de que sigues actuando como ese chaval de quince que se creía muy maduro, pero que nunca había tomado ninguna decisión madura.
Comienzas a echar de menos lo que no hiciste en el pasado, las veces que has llorado por pequeñas cosas sin importancia y sin embargo te hicieron mucho daño. En resumen, comienzas a darte cuenta de que estás perdiendo el tiempo; y no, no me refiero a estudiar, hacer las obligaciones o tomar ciertas responsabilidades; hablo de que todo lo irrelevante te ocupó y te ocupa demasiado espacio y tiempo en tu mente y vida.
Y es ahí, cuando sabes que es cierto que no eres maduro, que no eres tan perfecto como creías que serías, que la vida ha tomado una forma diferente de la que te imaginaste, pero que por alguna cuestión sigues mirando el futuro con esperanza y sigues avanzando. Que al final, la vida ha tomado otra forma, pero que tus logros inesperados están ahí, que llegaste de algún modo a un sitio que no esperabas y te abrió sus brazos con grandes tesoros; tesoros que no se podrían guardar en una mochila.
Quizás aún no seas muy maduro, pero sí que debes tomarte la vida con la importancia real que tienen las cosas, porque el tiempo pasa y hoy serás joven, pero todo en esta vida se acaba. Y quizás, al verlo tan lejano, no nos damos cuenta de que seremos como millones de personas que han caído en el olvido, pero que tuvieron su propia historia.

Comentarios

Entradas populares