Eras y fuiste.

Eras la poesía más bonita que volvería a leer una y mil veces, pero yo no tenía la suerte de ser tu escritora, tu inventora y la que se enamorara a medida que te escribía.
Eras la poesía perfecta que nunca alcanzaría a escribir y mi pequeña prosa no te llegaría ni a los tobillos.
Eras la poesía de mi libro favorito, que antes de juzgar la portada conocí el libro.
Eras los ojos que más me han llenado en mi vida, y la sonrisa más bonita que se me ha presentado.
Eras la persona que más entendía mis sentimientos y la que más me sabía dar fuerza, pero no supe aprovecharlo.
Eras los abrazos más dulces.
Eras la persona que más me enganchó desde hacía muchísimo tiempo, pero luego mi amor se degradó y todo siguió su destino.
Eras los sentimientos personificados, la mente más intensa que conocí.
Eras rebeldía y eso me encantó.

Eras y fuiste, fuiste y eras, pero nada tiene que ver. Mi camino sigue y el presente va cambiando...

V.K. texto ficticio