Tendría el interés de encenderla...
Todo se esfuma y huye tan rápido de ti que cuando quieres darte cuenta de
lo que has perdido ya es demasiado tarde como para recuperarlo.
Se había consumido como una vela, sólo que sin darse
cuenta pues el calor que se desprendía de su cabeza y corazón, llamado amor, se
había derretido y solidificado a los pies de su alma.
Ahora era una vela consumida, fea y desgastada, solo
le quedaba el poco de mecha que ya nadie encendía y la cera de sus pies le daba
un frío congelador, necesitaba ser encendida otra vez, sin embargo ya no había
cerillas para esa pobre vela, ni nadie con el suficiente interés como para
encenderla.
Aquella vela tendría que aprender a encenderse sola, a
darse calor ella misma y a no volver a buscar ninguna cerilla capaz de
encenderla, no obstante era una pobre vela en la deriva de sus problemas y
nadie parecía darse demasiada cuenta de que sus pensamientos hacían que cada vez
se congelara más.
Para colmo aquella mecha encendida dónde residía el
amor que le daban y que desprendía después de apagarse le había dejado un hueco
completamente vacío dónde una vez más la cera con la que estaba creada aquella
vela se solidificaría y se enfriaría muy rápido.
Se observaba así misma y se maldecía por no ser de un
material duro incapaz de perder la forma y siendo valorada como algo incapaz de
derretir o vencer, sin embargo el destino la había obligado a ser de un
material débil y fácil de deshacer con cualquier instrumento.
Lo triste de esa vela es que ella misma no se daba
cuenta de que la cera le daba un aspecto bello y que algún día alguien tendría
el interés de encenderla.
V.K.
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