Se ha roto la máscara...

Hoy me quito la máscara, me quito los intentos de regalaros demasiadas historias, quizás necesite quitarme la máscara para convertirme en la persona transparente que soy, para demostraros que tras estas líneas sigue viva la persona que hace casi dos años empezó a escribir. 
Hasta hace poco tenía miedo de andar sin rumbo, tenía tantas ideas en mi cabeza que éstas sólo me daban dolor de cabeza y me hacían volverme débil ante las situaciones más tontas. Pero alguien, alguien muy especial desde que le conocí me abrió los ojos, tan sólo se trata de disfrutar y olvidar todos aquellos problemas que hacen que tu vida sea mucho más infeliz. 
Hoy he disfrutado de las calles solitarias, de la música a todo volumen, de mis pensamientos, mi seguridad y mi forma introvertida de ser extrovertida, recuerdo que aquella frase me sorprendió tanto, que la recordaré siempre porque es bastante especial, tanto como la persona que lo dijo.
Hoy puedo gritar que tengo suerte, porque tengo tanta gente a mi lado, gente que me da la vida sin que lo sepa, que me hace recuperar el aliento para seguir corriendo en esto que llaman vida, que confía y lucha por mí, que tan sólo por eso tengo una gran suerte. 
Y tú, tú que me estas leyendo quiero que recuerdes que debes disfrutar de lo que tienes y no pensar en lo que te falta, pues esto es solo un fantasma que te hará ser infeliz y creo que el mundo tiene demasiados momentos infelices, cómo para sumarles más a lo absurdo. La vida es más simple de lo que parece y con muy poco puedes disfrutar muchísimo. 
Hoy soy consciente de que la casualidad, no el destino, me ha presentado a las mejores personas que podía conocer, que he mantenido a personas que merecían la pena y que me sacaban sonrisa tras sonrisa en un alma que por dentro estaba en guerra, y es por eso, tan sólo por esos momentos que me dan, por lo que debería seguir y no dejarme hundir en fantasmas de mentira y complejos impuestos por los miedos. 
Tengo suerte de tener a mis amigos, esos que me apoyan en los momentos más difíciles, que son sinceros, que me quieren tal y como soy y que darían por mí todo lo que fuera y más. 
Tengo suerte de mi segunda familia, porque me ha dado mucho y porque ellos han hecho que todo esto sea posible. 
Tengo suerte de todo lo que tengo ahora mismo y por eso quiero que las personas a las que quiero de verdad, lo sepan del único modo que se hacerlo, del modo que ha crecido a su lado... 

Gracias por todo, gracias por cada momento, por cada sonrisa que me habéis dado. 

V.K.

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