Heridas de guerra...

Mis venas se congelaron por tu culpa, mi miedo aumentó notablemente y de un plumazo hiciste que la niña inocente que habitaba en mí se volviese mucho más fría y desconfiada. 
Mi culpa fue hacerte el centro de toda mi vida después de aquella situación, pero tú fuiste el culpable de helarme la mente y no hacerme  confiar en nadie que estaba cerca mío, fuiste el culpable de que no haya sido capaz de demostrar mi verdadera alma a nadie por miedo a lo que pensarán de mi. 
Me hiciste daño, incrementaste mi miedo y me hiciste huir durante muchos meses, me descompusiste en miles de piezas que tiraste por ahí y todo por saber aprovecharte de la niña que era por aquel entonces, no te lo perdonaré, no te olvidaré, mi corazón no dejará de supurar el pus que creaste un día. 
A pesar de haber confiado más y haberme dejado caer en brazos de muchas personas, todavía sigo pensando que no estoy segura de mis actos, todavía me duele la cabeza y me sigue entrando el pánico cuando alguien me mira demás. Sigo teniendo miedo de encontrarte, de tener que hablarte y de tener que dedicarte más que un minuto, no me hiciste nada, es cierto, pero para mi mente hiciste demasiada herida. 
Eres la parte oscura de mi alma, pero he de decir que sin ti, sin lo que hiciste, sin esos actos bastos, V.K. no habría resurgido del mismo modo, no me hubiese hecho fuerte en otra situaciones, no me habría recordado que detrás de toda tormenta hay sol. Así que no, no te daré las gracias, pues aún tengo cicatrices de guerra, sin embargo agradeceré al destino el que me enseñara de este modo que todo en la vida se puede superar y que una vez que te das cuenta de eso nadie podrá pararte.
A la vez se que no volveré a sentir ese tipo de miedo, pues antes intentaré parar todo y pensar más claramente sobre todo lo que me rodea. 
V.K. 

Comentarios

Entradas populares