Andad, andad sin miedo, descubrid cosas nuevas

He andado por la calles solitarias, es cierto que no tenía rumbo, quizás tampoco lo buscaba y por eso he acabado en miles de sitios diferentes en los que he creado un universo paralelo al real. 
Acabé en el descampado más solitario y oscuro que os podéis encontrar, un sitio que mucha gente calificaría cómo feo, sin embargo lo importante no era dónde pisabas, sino dónde mirabas, encima de ti se extendía un cielo lleno de estrellas y constelaciones, un sitio sin tanta contaminación lumínica. 

Otro de los lugares en los que mi mente se sintió en paz fue un pequeño río y una embarcación al lado de unas ruinas, aquel sitio estaba tranquilo, sin nadie y se extendía ante ti una corriente de agua rodeada por pequeños árboles verdes. 

He andado por las calles de día y me paré en un pequeño parque cerca de una urbanización, me senté y empecé a escribir, al fondo una bonita pareja de ancianos, el hombre estaba ayudando a la mujer a andar y superarse poco a poco, era bonito porque a todos nos gustaría a esas edades tener a una persona en la que apoyarse y a la que has querido como a nada en tu vida. Aquel sitio era familiar, pequeño y me recordaba todos aquellos pasajes de mi infancia, esos que con el tiempo había olvidado. 

Otro gran sitio es aquel parque situado lejos de la ciudad, dónde al final de todo el paseo que ocupa ese dicho parque se encuentra un extenso campo sin nada construido y sin demasiadas carreteras, casas, tiendas... Un mundo tranquilo y lleno de toda clase de vida. 

Andad sin rumbo, andad sin un sitio fijo, observad lo que os rodea y curiosead por las cosas. Os puedo asegurar que no hay nada mejor que andar sin prisa, andar descubriendo cosas nuevas en sitios en los que creías que no tenías nada que descubrir, porque os aseguro que el mundo os ilusionará con aquello a lo que hemos llamado casualidad. 

V.K. 

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