El amor va más allá de las personas.

A veces maldigo tener que verte día tras día, pero cuando paso más de una semana fuera sé que no puedo estar sin ti.
A veces maldigo lo que me das, pero admito que tu luz no la tiene ninguna otra cosa que haya conocido.
Hoy te he visto más bonita que nunca, lucías tras las faroles con tu tono anaranjado y creo haberme enamorado por un tiempo.
Las sonrisas de las personas, se imploraban bajo tu mirada y a mí me hacías estremecerme bajo mi jersey verde. Eres de esas cosas que dan escalofríos, que me hacen sentir enamorada, perdida en la libertad, libre aunque esté atada.
Hoy te he visto realmente preciosa bajo la luz del sol y te he visto anochecer junto las risas, la
música y personas con las que compartir una cerveza se queda corto.
Hoy me has hecho sentir que los besos salvan, que la tristeza se escapa bajo tus calles y que es bonito dejarte impresa en las fotografías.
Creo que eres la única capaz de hacerme sonreír incluso en los días más grises, que vernos bajo la lluvia me hace querer gritar al mundo mi felicidad y que sólo tú puedes crear ese cosquilleo en mi interior que aún no entiendo, pero que sé que echaré de menos si algún día llego a serte infiel.
Tú has sido mi nacimiento, mis horas andando de la nada, mis horas inspirada escribiendo todo eso que está en mi interior.
Y, es que, aunque la mayoría del tiempo te sería infiel, hoy hubiese fundido mi lealtad con mis ganas de sentirte, desde mis labios, hasta los pies.
Eres perfecta y yo solo soy una adicta a ti y aunque inmaterial, tú siempre serás mi lugar, mi ciudad, mi nacimiento y mi crecimiento.
Al fin y al cabo, como siempre digo, el amor va más allá de las personas, los lugares siempre serán hogar y tu siempre fuiste la primera.
Gracias ciudad, por verme reflejar en ti.