Astros siguiendo a un caminante

Las estrellas guiaron a ese caminante durante largas temporadas.
Algunas de éstas desaparecieron, otras simplemente volvieron y algunas más aparecieron por sorpresa.
Durante demasiado tiempo aquel caminante se perdió porque veía el cielo nublado, no se acordaba que detrás de las nubes se encontraban los brillantes astros.
Como leyó una vez en un libro, no fue capaz de ver más allá de sus narices.

Y al no ver más allá se volvió loco, perdió el norte, el sur y quizás hasta el este y el oeste.
Empezó a hacerse daño, crear maldad, cerrarse a las persona y ser incapaz de querer a alguien de verdad.
Empezó a ser todo lo que un día había criticado, intentando entender todo lo que sucedía a su alrededor.
Empezó a odiarse, odiar el mundo y quejarse demasiado. Todo era una constante rutina monótona.

Pero un día el cielo le llamó la atención. Apareció una estrella distinta de las que ya conocía. Al observala entendió que estaba perdiendo su tiempo, culpando al destino de lo que no le gustaba, sin al menos intentar cambiarlo.
Observó durante días  todas las estrellas y supo que había llegado el momento de luchar y seguir.
Intentó aprender todo lo que había olvidado, recordando todo el pasado, incluyendo las heridas, para que la historia no se repita.
Lucharía por la chica del molino, la chica de la mirada perdida, la de la guitarra, la que se reía por todo.

Lucharía por recomponer todos los trozos facturados de su ser. Esos que en un pasado tanto le habían gustado, pero que con el paso del tiempo los calificó de inútiles. Se calificó de pringado a sí mismo.

Y una noche cualquiera, quizás la fecha no importe tanto, aquel caminante descubrió que las estrellas habían construido una frase en el cielo, "estaremos incluso cuando no nos veas".

Quizás ese caminante llegue a un destino, o quizás nunca tenga destino, pero caminando crecía como persona y por ello disfrutaba.
Aunque no habría sido consciente de su suerte, sino fuera por las estrellas.
Y es que todo caminante necesita a estos astros que aunque no se vean, siempre están presentes para continuar el camino, ser feliz y encontrar la belleza en las cosas más simples.

V.K.