Sonó aquella vieja canción

Sonó aquella vieja canción en el reproductor de forma aleatoria, le recordaba tantas cosas que aunque se alegraba de que aun siguiera ahí esos recuerdos, le dolía. Recordaba aquellos ojos en los que se perdió, de los que se enamoró plenamente y en los que cayó primero lentamente y luego rápido cómo se expande el fuego en un bosque. 
Qué ilusa fue aquella niña pensando que esa  persona sería toda su vida, sin embargo todo aquello acabó ese agosto, siempre los agostos traían cosas buenas y malas en su vida, siempre un día cualquiera de ese mes moría o renacía un nuevo sentimiento. 
Pasaron dos años y realmente todo había cambiado para ella, ya no tenía a nadie a quien querer, pero de repente le conoció, aunque por distintos motivos, quizás la distancia, las consecuencias o el miedo, hizo que nunca se juntasen y finalmente él se marchó y abandonó a aquella chica. Antes había querido a gente, aunque se dio cuenta de muchas cosas por ese tiempo y acabó de nuevo abandonando, no era suficiente, no lo sería, había gente mucho mejor que ella y siempre la habría. 
Pasado un año decidió darse un tiempo y empezar de nuevo lejos de todo esto, necesitaba cambiar las cosas que le habían hecho decaer durante ese largo año, necesitaba volver a ser esa niña inocente, que debido a ciertas personas se estaba muriendo delicadamente. Intento empezar a rehacer otro cuento paralelo al que había estado viviendo hasta ese entonces. Durante unos meses le fue útil, pero aunque digan que las lineas paralelas nunca se juntas, aquellos dos cuentos si lo hicieron y volvió a decaer en sus fantasmas, miedos, complejos e inseguridades, soñaba con ser fuerte, no obstante en ese momento no podía serlo y fingirlo solo le iba a hacer daño. 

Aquella chica no volvió a enamorarse igual que lo hacía antes, aunque seguía confiando demasiado en las personas que conocía nuevas y eso le acababa por pasar factura, no sabía si era una mente demasiado inmadura para entenderlo todo o simplemente era humana y por eso mismo de la viga atravesad. 
Sabía que algún día todo tomaría otro rumbo y le parecería que ya no iba en circulo. 
Sonó aquella vieja canción y se volvió a recordar que nada era para siempre... Por eso hay que disfrutar del momento y olvidar lo demás, porque quizás algún día se irá.

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