Mi camino hacia la felicidad

Sigo teniendo miedo de abrir las puertas a la incertidumbre. Siento que estoy siendo atrapada por un canto de sirena que enmudeció por una pandemia. Pero, aún así me arrastro hacia ella hipnotizada por la curiosidad y por las ganas de nuevas emociones. 

Me he quedado atrapada en el pasado, no he sido capaz de cerrar esa puerta para dar comienzo a nuevas cosas, pero aquí sigo gritando al mundo que sigo siendo libre. 

Sigo siendo libre para componer melodías que hablen de la paz del pasado, de la facilidad de estar vivos, de la facilidad de besar a la gente sin sentir que eso es un pecado capital. Estoy en un mundo en el que nunca pensé que echaría de menos abrazar, sentir el contacto de las personas y disfrutar cada momento que se ponía por delante. 

Echo de menos el par de cervezas que luego acaban en una noche de fiesta, poder pasear a la hora que sea y poder respirar el aire puro que no se encontraba en la ciudad. Echo de menos poder mirar la sonrisa de las personas que me rodeaban. Pero, también estoy cansada de mirar el lado negativo de todas las cosas que me rodean y dentro de cada cambio en nuestra vida, sigo encontrando pureza en las personas que me rodean. 

Al contrario de lo que suelo escuchar, muchas personas seguimos siendo pureza, seguimos siendo íntegros en nuestros actos y seguimos dejando el mundo mejor de lo que lo hemos encontrado. Una pureza que hay que seguir manteniendo, que hay que seguir luchando porque siga. Una pureza que hace que miremos más allá de nuestras narices. 

Una pureza que no todo el mundo posee, pero que, al menos, sí lo hacemos la mayoría de nosotros. 

La sirena que me ha atrapado no quiere que me ahogue en el mar, sino que busca que siga mi camino hacia la felicidad. 



Comentarios

Entradas populares