Estoy viva

La calle está gris e intento entender lo que me rodea.
La calle está fría, pero más frío está mi interior.
El espejo es cóncavo y el reflejo está roto en mil pedazos, pero ya no me importa. 
He decidido mirarme desde el lado invertido para descubrir que es lo que me hace mantener el corazón vivo. 
He intentado disfrutar del momento, antes que el monstruo de la muerte venga a visitarme y nos fundamos en un beso eterno. 
Después de eso no quedará nada. Los recuerdos, los sentimientos, los valores se irán tras las personas que han sido parte de mi historia.
Pero, intentar evitarlo, es cómo intentar cambiar un día lluvioso. No lo puedes controlar.
Y estoy cansada de los nervios por no poder manipular el tiempo a mi gusto. 
Estoy cansada de ser una marioneta de mis expectativas, cuando igualmente, la vida será eso que sucede mientras yo sigo obligándome a ser feliz. 
Estoy cansada de tener que sonreír cuando es falso o tener que llorar cuando en realidad no estoy tan mal. 
Estoy harta de tener que ocultar mi rostro tras fantasmas irreales. 
Y es que no sé si soy feliz en la terminología conocida, pero soy, estoy viva y estar viva me sienta de lujo. 


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