Las personas que duermen en las calles también tienen sentimientos.

La rutina hace que pasemos rápido por los lugares, sin fijarnos en las demás personas.
Malas caras, empujones, falta de tiempo... Todo menos compresión y empatía.
Pasamos miles de veces por calles transitadas, en las que de vez en cuando hay una persona sentada en la calle. La evitamos, la ignoramos, la hacemos invisible, la miramos con desdén e incluso nos situamos por encima suyo, cómo si esa persona no sintiese nada, cómo si fuese un objeto sucio y desechado. No os engañéis esas personas son iguales que nosotros y a veces no les viene mal alguien que les regale algo de esperanza.
Muchos diréis que son peligrosos, y pueden serlo por la situación en la que viven; noches frías sin casi comida o ropa, sin la confianza de alguien cercano, sin la posibilidad de resguardarse en el interior de un sitio, excepto por algunas asociaciones que siguen trabajando en que la desigualdad sea cada vez menor, o al menos algo menos dura. Y sin embargo seguimos diciendo que nosotros no podemos aportar nada; y sí, en pequeñas medidas se pueden aportar cosas que no son imprescindibles, pero sí importantes.
Esas personas cuando les das algo, aunque solo sea un pequeño detalle, te lo agradecen con su mirada y con una gran sonrisa; con su cercanía y su aprecio.
Esas personas cuando les das cariño y le tratas de igual a igual, se sientan y conversan, con una mirada pura y un sentimiento que te inunda en lo más profundo.
Sed conscientes de que son personas y tienen sentimientos. Somos iguales, pero en una distinta situación y a veces cuando les cedes parte de tu comida o tu compresión, te regalan algo mucho más grande.
Creía haber crecido como persona y saber que es lo que me rodea, pero creo que una experiencia como la de hoy es la que me ha hecho abrirme a la realidad y me ha enseñado  a valorar las cosas que tengo. Y hasta que no vives algo en carne y hueso, no puedes hacerte una mínima idea de la realidad que te rodea.
Por ello, animense y realicen proyectos sociales que contribuyan a dejar un mejor mundo y reducir la desigualdad creada desde el primer momento por nosotros mismos.