He intentado entender como caminas, como te mueves y que piensas, he intentado comprenderte y olvidarte, pero desde esa noche no puedo. Quizás si esa noche hubiese dado otro giro, no te hubiese conocido, pero por desgracia o por suerte lo he hecho. Y es extraño porque estas a tantos kilómetros de mi, pero en ningún momento has dejado de estar a mi lado y es triste. Triste no porque no te pueda quitar de mi mente, si no porque te empeñas en que no puedo tenerte, cuando sabes que deberías tenerme. ¿Y qué es el amor? Dicen que el amor no entiende de edades, porque cuando quieres a una persona lo haces, sea como sea, lo haces. El amor no entiende de nada, el amor es algo como la felicidad, algo abstracto, algo diferente para cada uno de los individuos, pero que se vuelve conjunto en un momento dado. Crees que ignorando un sentimiento, no te pasará nada, pero en realidad los sentimientos no se pueden ocultar, si lo intentas hacer te quemarás como Icaro al intentar alcanzar el sol y perderás tu tiempo, porque va a seguir ahí, sí o sí. ¿Entonces? ¿de qué te sirve todo esto? De hacer daño a ti y a mi, de hacer el tonto, porque así solo perderás oportunidades poco a poco. La casualidad nos junto, pero está no nos volverá hacer coincidir, decide si tomar el barco, porque te aseguro que la casualidad te visita una y varias veces y puede hacer que todo lo que conocías un día, se desconozca al día siguiente. Lo malo es que tienes miedo, lo tienes porque sabes lo que puede pasar si decides conocerme, sabes que te perderás y que no va a volver a ser lo mismo. ¿Y? ¿De verdad es tan malo, probar algo nuevo? Te aseguró que no, te aseguró que puede equivocarte y aprender o saber que has decidido bien. Este es tu juego, pero ten cuidado porque como lo pierdas, es complicado volver a ganarlo con la misma persona. 


V.K. Texto ficticio, pero no exactamente un relato. 

Comentarios

Entradas populares