Antes de cualquier cosa...

Todo empezó como cualquier bobada que hace un adolescente, pero acabó siendo una locura y un infierno del que no sabía salir. Comenzó de la forma más ilusa que podía empezar, él fue al baño después de una gran discusión y se puso a llorar en silencio, entonces por culpabilidad o por saber que él era el culpable de todos sus problemas, cogió una tijera y la acerco lentamente con miedo y se hizo un pequeño corte que al rato le empezó a sangrar un poco, no podía negar que no se sentía algo mejor y que se lo merecía, su mente se lo estaba diciendo todo el rato. Pero después se arrepintió y aunque fuese solo un rasguño sabía que estaba mal. Esa misma noche su mente volvió a acompañarle, culpándole de todos sus problemas, golpeándole con que era un inútil, deseándole la muerte. Por una extraña razón y con lágrimas en los ojos, volvió al baño, rompió una cuchilla de afeitar y se hizo un par de cortes un poco más profundas, cuando salia la sangre delicadamente se sentía libre y bien, algo que nadie ni nada le había hecho sentir desde hace mucho, pero después otra vez volvía el arrepentimiento. Pasaron meses y esta acción se repetía una y otra vez, al principio eran cortes pequeños y en poca cantidad, después fueron más grandes y por toda su muñeca y su brazo, en todas las direcciones. Cada vez era más frecuente el cortarse y cada vez por menos motivos. Un mes frío en el que los exámenes brotaban y no era capaz de aprobar, discutió con sus padres por este motivo, ellos se fueron porque tenían que hacer cosas y él aprovechó para hacer lo mismo de siempre, solo que esta vez no podía pensar y no podía controlar cuanto daño era capaz de hacerse, uno de los tantos cortes que se había hecho empezó a sangrar, al principio era como los demás, pero después de un rato no paraba de sangrar por mucho papel y agua que se estaba dando, le dolía mucho ese corte en especial, más que ningún otro otro que se había hecho. Al rato se desmayo.
Amaneció en un hospital a un lado sus dos padres llorosos, al otro lado una señora que no conocía, estaba desconcertado. ¿Qué había pasado? Le explicaron que llevaba dos días sin despertarse y que todo esto lo habían atribuido a un intento de suicidio. Algo completamente cierto, aunque su final ya era más bien inconscientemente. La señora era una psicóloga, que le estuvo ayudando después de aquel accidente. Todo era una forma de autolesionarse, porque su dialogo interno era malo y tenia demasiado baja la autoestima algo que le hacia matarse poco a poco, le hizo ver que los problemas no eran todos por su culpa y que todo tiene una solución antes de acabar con tu vida. Y que la autolesion es adictiva porque cuando te cortas crea adrenalina, algo que hace que te sientas bien por unos segundos pero te hunda el otro tiempo y por eso va en aumento para perdurar los segundos y evitar el hundimiento. Antes de hacerte daño busca un modo en el que sueltes toda tú rabia, te aseguro que así no haces daño y mucho menos te lo haces a ti. Y que los problemas se pueden vencer, cueste lo que cueste, todo tiene una solución aunque no aparentemente. Y él superar las cosas aunque sea complicado, se consigue. Por eso antes de cometer este error, busca otras formas de desahogarte.

V.K. Texto ficticio.

Comentarios

Entradas populares