Circunstancias.


A veces te cansas de tu propia vida y el día se hace pesado. Te cansas de la censura, de las etiquetas, de los compromisos sociales que no deberían existir, de intentar hacer feliz a quien después se olvida de tu presencia. Te desvives para que después te olviden como toda la materia que nos hacen aprender en los institutos. Y aún así, sigues, tragas y pones tu sonrisa más amagar, aunque te canse y te duela.

Entonces, empiezas a darte cuenta de que estás en una especie de bucle sin salida, del que no sabes como salir y que parece enloquecerte durante gran parte del tiempo que te mantienes despierto.

Te cansas y decides romper con todo, comienzas a ilusionarte de nuevo e incluso empiezas a aceptar lo que sientes, que de alguna manera te reconforta.

Las cosas negras se llenan de luz, tu tristeza continua se convierte en una sonrisa preciosa, y aunque sabes que algún día volverás a explotar, sabes también que te merece la pena disfrutar de la felicidad de ese momento.

En ese instante se te forma una frase para todos tus problemas y preocupaciones, que te la repites una y otra vez.



Se escucha en nuestra mente un gran: "¡Qué le jodan!" y comienzas a entender que te tiene que dar igual qué piensen de tu mente, de tu cuerpo y de tu forma de ser. Porque las críticas pueden ser buenas, pero siempre en la medida de lo posible y sin fustigarse a uno mismo, sin volver tu mejora en una dura pesadilla que te haga daño y te provoque heridas.

También debes comenzar a experimentar, probar cosas nuevas y no cansarte de vivirlo. 

¿De qué sirve esconderse, odiarse y tapar todo lo que sientes? ¿Por qué no te atreves a decirle a esa persona qué te apetece? ¿Por qué no haces lo que te salga de las narices, sin tener que pensar en lo que te rodea? Claro que no se trata de ser egoísta y hacer cosas que sabes que harán daño, pero tampoco vale que siempre pienses en los demás antes que en ti.

Todos defienden que la gente debería no dejarse pisar y pisar a otros, pero joder, si dejásemos de pisar a la gente, no sería necesario defenderse de nada.

¡Vivamos y dejemos vivir! Que una cosa es quejarse porque alguna circunstancia te ha frustrado y otra cosa es censurar a las personas que te rodean.

Experimenta, vive, disfruta y haz lo que sientas, porque al final en algún momento vas a dejar de sentir y eso es una realidad poco aceptada.

Deja de pensar tanto en las escusas y lucha por ti mismo, sin temer lo que eres, sin esconder tus sentimientos, siendo una mejor persona y queriéndote mucho.





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