Si yo también soy igual...

No creo en el mundo.
No puedo creer en gente ciega
que no es capaz de ver más allá de nuestras narices.
Mundo contaminado por el dinero,
o quizás más que por éste,
por la ganas de ambición.
Mundo falso,
envenenado...
Todo por culpa de los medios de comunicación,
redes sociales,
mentiras,
postureo...
Porque este no se encuentra en la ropa que llevas,
o la música que escuchas,
se encuentra en la falsedad de tus palabras.
Hasta la polla de tanto físico
sin alma,
de tanta ropa de marca
que luego nunca te llegarás a poner.
Y de estar a la moda,
de una convención social.
Harta de la superficialidad
de fingir sentimientos,
de avergonzarte de ti mismo.
Harta de que la inteligencia
se mida en unas notas,
no en la capacidad de aprender,
observando el mundo.
Harta de ser figuras moldeadas
y manipuladas.
Harta de que la gente
deje el mundo peor de lo que lo encontró.
De que le de igual todo lo demás,
menos su vida,
y que coma para no ser comido.
Harta,
estoy muy harta,
pero de qué me quejo,
si yo soy igual.

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