Es egoísta, pero no quiero perder más trenes, me pediste que hiciese las maletas y ahora voy a por el transporte.

La gran mayoría de veces cuando me piden que haga las maletas, las hago.
Entonces lloro porque siempre duele irse de un lugar sin haber terminado de conocer todos sus rincones, pero a veces la niebla, el bullicio de gente y la lluvia no te dejan que termines de conocer una ciudad en condiciones y debes marcharte porque ya no tienes nada que hacer...
Entonces empiezo mi camino a ninguna parte pero siempre acabo en algún sitio nuevo en el que quedarse una estancia para empezar una exploración. A veces es lo mejor que te puede haber pasado, otras veces vuelves a hacer las maletas porque las condiciones no te dejan.
El problema es que si realmente llegas a encontrar un sitio en el que quedarte la mayor estancia posible, decides no volver a la ciudad donde te dieron la patada. No te merece la pena perder tu tiempo en una ciudad que nunca te abrió sus puertas, a pesar de haber decidido abrir tus maletas e instalarte en una de esas habitaciones de mala muerte, de esas que dejan a las visitas menos importantes.
Y es que en esa ciudad aguantaste todo lo que te dejaron, intentaste recorrer sus calles con un paragüas e intentaste fotografiar una de esas escenas melancólicas que tantos likes tendrá en instagram, ayudando a fingir a esa ciudad que es un sitio precioso y hospitalario a pesar de sus condiciones.
Pero no puedes aguantar la lluvia   todos los días, empaparte de ésta e incluso tener algún que otro resfriado. Una persona no puede resistir eso.
Por eso si decido hacer las maletas no volveré porque hay ciudades en las que también llueve mucho y puedes hacer miles de fotos melancólicas pero siempre entre nube y nube verás un rayo de sol que te indicará que tu estancia allí le está mereciendo la pena.
Podrás empaparte de la lluvia pero te apetecerá bailar bajo ella y seguir andando para conocer cada riconcito de esta ciudad.
Y es cierto que algún día partirás a otras ciudades, pero si una ciudad te ha dejado su huella en el corazón nunca volverás a olvidarla y querrás regresar durante un tiempo.

Y por eso sé que una vez haya hecho mis maletas no me volverás a ver y empezaré a emplear lo que me enseñaron en curar otras ciudades, que me ayuden al mismo tiempo a encontrar esa parte de mí que nunca logré conocer.
Es egoísta, pero no quiero perder más trenes, me pediste que hiciese las maletas y ahora voy a por el transporte.

V.K. 

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