Tú y yo, somos la misma persona.

Cuando crees que puedes cambiarlo todo y despiertas en una realidad, totalmente diferente.
Cuando todo por lo que has luchado está volviendo, llenando cada tejido de tu cuerpo de tristeza, odio y miedo.
He de asumir que me asusta, porque sé que volveré a ir en mi contra y mi cuerpo se llenará de cicatrices, aún no superadas.

La última vez que te quise fue el día de tu cumpleaños, tú irradiabas felicidad y yo me quedé embobada mirándote.
Habías descubierto que no eras todo aquello que tu mente te había dicho de niña y descubrías que tenías mucho que aportar al resto del mundo.
¿Por qué te he perdido? ¿Por qué te has ido?
Quizás fue por eso, te deje de querer por escuchar el ruido de la gente, darle importancia a sus palabras y centrarme en la parte negativa.

Sin embargo, lucharé para tenerte y poder volver a abrazarte, que seamos una otra vez. Prometo quererte y prometo buscar la manera de no perderte, porque sin ti, yo vuelvo a ser la de antes y así solo conseguiré, finalmente, no ser nada.

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