Todas las puertas de tu vida están cerradas

Fuiste de los últimos ojos de los que me he enamorado, 
y aún sabiendo los inconvenientes que tendría, 
te di la oportunidad de entrar a mí vida 
e intentar ahorrarte el camino que te lleva a mi tristeza.
Sin embargo, los inconvenientes llegaron, 
fuiste alguien más en robarme lo poco bueno que queda en mi alma, 
jugar con mi bondad, 
revolotear entre la poca luz que tengo y apagarlas todas. 
Aunque no te miento, 
sabía que acabaría pasando, 
así que antes de que pudieras apagarme completamente, 
me reserve una puerta escondida, 
una puerta bien abierta y cerca una mochila llena de recuerdos. 
Ahora recorro un camino que me ahorra muchos lloros, 
que me hace feliz 
y en la que solo tengo que pensar en unos ojos, 
los míos. 
Me deleito del paisaje y nadie puede detenerme. 
Me caigo y con una gran sonrisa me levanto. 
Final del primer acto, la parte de la tragicomedia, 
en la que todo es tragedia, se ha acabado. 
Ahora toca comenzar el renacimiento interior, 
pasar por el barroco y suicidarme como los románticistas, 
más tarde acabaré en la época de las luces,
después divagaré por la noche como los bohemios
y terminaré mirando la vida de forma realista.
Es cierto, te di la oportunidad de entrar en mi vida,
pero nunca te diste cuenta de que las puertas estaban abiertas
y que nunca pasaba el suficiente tiempo contigo.
No intentes hacerte el valiente,
sé que tienes más miedo que yo
y todas las puertas de tu vida están cerradas,
inclusive las puertas a la mía. 

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