No soy de ningún sitio.

No soy de ningún sitio o quizás soy de todos.
Soy fácilmente enamoradiza, pero no sólo de las personas, sino que también de los sitios, las emociones, las primeras veces...
Es por eso que podría dedicarle toda mi poesía a las montañas, pero hacerle el amor a escondidas al mar.
Es por eso que me encantan las estrellas, pero me vuelven loca los días azules.
Y también es lo que hace que sonría al sol, pero me dedique a empaparme bajo la lluvia.
No soy del norte, ni del sur, siquiera soy de la ciudad de la que nací.
Lo único que soy es una persona con la mirada en el cielo y los píes en la tierra, una persona ajena a su realidad, que en su día tendrá que volver a ella si quiere madurar, pero que por el momento no tiene prisa.
El mundo es tan grande que me niego a enamorarme de un solo sitio o a sentir sólo una emoción, me niego a no tener primeras veces según vaya creciendo, me niego a pensar que sé todo.
Sólo soy una persona más, que nadie recordará y me alegro por ello.