Viajes de ida y vuelta

Sé que durante unos minutos
hicimos poesía.
Que fuimos los versos más fluidos a pesar de ser de diferentes poemas.
Sé que formamos una poesía lo suficientemente fuerte,
como para no olvidarla.
Sé que esa poesía se volará con el tiempo,
y tan sólo se volverá a reconstruir si el amigo de éste, el destino, quiere.
Pero eras la atracción a un abismo nuevo.
El entretenimiento de mi vergüenza pícara.
La sensibilidad de mis poemas muertos.
Y no sé escribir de otra cosa,
que no sea lo que mi mente no quiere olvidar del todo,
lo que un día fue historia,
y ahora será polvo dorado de otros amores.
No sé escribir de otra cosa
que no sea lo que mi mente observó y admiró,
esos labios marcados,
la sonrisa perfecta,
los ojos que iluminaban el mundo
oscuro de la tristeza.
Sin embargo tengo que hacerme a la idea
de que todo esto solo sucedió en un bus de ida,
pero no es seguro que vayas en el mismo de vuelta.
Y por si acaso no te vuelvo a ver,
espero que sin conocerte todo te vaya bien.
Y que quizás algún día puedas leer el polvo dorado de una historia que duro tan sólo un viaje de ida y no otro de vuelta.

Comentarios

Entradas populares