Volvía en mi...

Recuerdo aquella niña que llevaba en mi, aquella que se perdía entre las olas y que deseaba salir y conocer el mundo. Recuerdo a esa niña inocente y frágil que a veces sigue ahí y recuerdo aquella niña que miraba aquel sitio con una gran curiosidad, quizás esa niña siga en mí.

Recuerdo cuando este sentimiento se apoderó de mí, cuando me sentí libre y entendí que nadando se podía llegar a cualquier punto del planeta, sin pensar en el cansancio y dando por hecho que en un momento así nadie podría pararte. Recuerdo aquellos ojos perdidos en esa plaza, examinando ahora a la fuente ya dormida y recuerdo como esta por un motivo u otro no se me ha olvidado. Recuerdo como a aquella niña no le importaba nada superficial y que sin duda lo que más le gustaba era la paz que aquella ciudad le ofrecía. Se que esa niña no se ha ido de mí, ni se irá nunca del todo. Se que nunca se me olvidará ese paseo, esa playa y las barquitas descansando al fondo del mar. No olvidaré aquella fuente, aquel mercado y aquel paseo dónde las ilusiones de los pequeños aún revive en ríos imaginarios con cocodrilos. Se que no olvidaré aquella casa y aquel puesto de libros.
Aquella niña que daba paz al mundo había vuelto al fin y al cabo, después de tanto odio. Aquella niña cariñosa había vuelto para recordarme que me estaba ahogando en fantasmas y complejos inútiles que no merecían la pena... Y por fin había encontrado aquel tipo de amor que regalar a la gente que quería.

V.K.

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