Los monstruos no lo son tanto

He estado conviviendo con un pequeño monstruo, que he ido alimentando sin darme cuenta para encajar en aquellos sitios en los que no entraba.
Ese monstruo, en realidad, no es más que el miedo con todos sus matices y colores.
Así que hoy deshago la palabra monstruo, para identificar lo que nace de mí misma y aquello a lo que sí puedo poner solución. 
Y hoy os traigo aquí esta especie de reflexión, que espero que sirva a alguien.
¿Cuántas cosas hemos llegado a hacer por encajar? Es decir, cuántas son las cosas que hemos aceptado como nuestras por el miedo a decepcionar o a no enfrentarse a nuestros propios problemas. 
Todas las personas nos ponemos un muro o una fachada, construida para que no nos hagan daño o para encajar con las personas que acabamos de conocer (y esto es totalmente humano y natural). Ahora, el problema está cuando esa fachada se nos va tanto de las manos que nos convertimos en algo que si quiera queremos ser. Quizás por comodidad, por congeniar con el resto, por evitar el daño, por orgullo... Pero, es que detrás de todo esto están emociones tan básicas como el miedo o incluso la ira.
Comprendernos, indagarnos e incluso revolucionarnos ante estas cosas es el primer paso para romper con ello.
Como decía Mark Manson: la conciencia de uno mismo es como una capa de cebollas, pero hay gente que siquiera se atreve a descubrir la primera capa marrón, llegándose a pudrir en todo lo que ha querido hacer y nunca hizo. 
Sin embargo, incluso simplificando todo tanto, sigue siendo sumamente complejo enfrentarse a todo aquello que nos han enseñado. Puesto que desde pequeños nos han educado para obedecer, para encajar en la sociedad, para ser exitosos, para ser productivos, para cumplir con la cadena de consumo y producción y, en definitiva, para conseguir una especie de dominación. Y uno de los problemas es que los humanos no podemos encajar al 100% en esa cadena, pues cada persona tiene sus características personales, que a veces superan a las normas sociales.
No estoy diciendo, por supuesto, que estas últimas sean malas, pero a veces cumplir con los roles de la sociedad sin previamente analizarlos, de lo que se supone que deberías ser y de la presión de entrar dentro de un gran puzle, se liga directamente a muchos problemas asociados con la salud mental y el vincularte con personas que no te acaban aportando tanto (aunque las relaciones humanas es otro tema sumamente complejo). 
El caso, es que si tienes ganas de hacer algo lo hagas, sin miedo a lo que el resto pueda decir, sin miedo a sentirte juzgado o a sentir que no vas a encajar (dentro de los parámetros de la ley, la justicia y el respeto por otros). Porque, a veces quién realmente se juzga es uno mismo, creyendo que sabemos todo lo que piensa todo el mundo, cuando su historia o pensamiento puede ser totalmente contrario. 
Por otro lado, rompe con el miedo patológico, ese miedo que te encierra, que te encarcela, que no te deja vivir y que te ahoga y te agota a partes iguales. Porque si puedes decidir entre hacerlo "mal" o no hacerlo, siempre será mejor la primera opción y descubrir una nueva lección de vida, que seguramente no genere emociones agradables, pero que siempre traerá algo más positivo, si sabes gestionarlas.
Rompamos con una educación que nos enseñó a sacar dieces, sin valorar que a veces tener un cero es la mejor forma de aprender y mejorar como persona. Más que nada, porque en un mundo lleno de números infinitos, nunca nadie vamos a sentirnos los primeros, incluso aunque en la televisión y sociedad nos quieran demostrar todas las personas excelentes y maravillosas que existen. No olvidemos que los grandes medios de comunicación están sesgados por muchas partes y que nos montan imágenes poco reales de la sociedad común. 
Rompe con el miedo, porque uno mismo se debe también un poco de comprensión, autocompasión y amor propio. A veces, han olvidado recordarnos no solo dar felicidad al resto, sino buscar la de uno mismo. 
Y sin duda es una de las formas de seguir evolucionando y ayudar a evolucionar. 

Si has llegado hasta aquí, gracias por leer este popurrí de ideas, espero que te haya servido de algo, a pesar de no ser más que un discurso bastante evidente. Sin embargo, por haber llegado hasta aquí, te quiero recomendar una lectura: "El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda" de Mark Manson. Él escribe algunas de las ideas que he expuesto, pero con calidad literaria y de una manera sencilla y fácil de entender. 
Un saludo 🤟

Comentarios

Entradas populares