Tercera perspectiva

Me muero por hablarte para entender qué pasará en el siguiente capítulo, pero he decidido que esta historia no tenga más argumento. 
Como un buen libro, viví cada día dentro de los personajes y disfruté cada uno de los besos que regalabas al protagonista, cada sonrisa y cada emoción. Pero, también, como uno bueno, la historia no se alarga más de lo que debe y tiene un final abierto para imaginarte lo que puede ocurrir, siempre en un futuro incierto, dentro de una incertidumbre y, por supuesto, con la alta posibilidad de que no suceda nada más y cada personaje siga su línea temporal. 
Como un buen libro te he ojeado, aprendí cosas leyendo cada línea de tu ser, pero sigo sintiendo que por mucho que te lea, siempre quedarán cosas por conocer. 
Ahora nos separa un mar, y no uno de dudas, sino uno literalmente. Y yo sigo aquí, enganchada a lo que en su día sentí y la necesidad de no sentirme un trapo usado. Pero, ni tú eras un libro de mi idioma, ni yo fui sincera del todo al escribir su secuela. Y, por eso, decidí que era mejor cerrar una puerta, que dejarla abierta y que se escape el gato. 
Ojalá te vaya bien y te escriban tan bonito que sonría al leerte desde una tercera perspectiva. 

Comentarios

Entradas populares