Sirva de evasión

Los candados semejan la eternidad, parece que si los cerramos en un lugar el amor aguantará eternamente.
Sin embargo, los candados suponen fuerza y cuando se juntan demasiadas ideas en un mismo sitio, derrumban todo.
El amor acaba cortándose con unos alicates falsos que todos sabemos de su existencia y nadie ha visto.
Y parece que si nos cerramos, amamos a un sólo bando y nos centramos en una sola dirección, somos más felices; pero es mentira.
El amor puede ser una persona y centrarse en muchas más.
El amor puede ser complejo, algo que entendimos todos, pero de formas muy diferentes.
El amor es algo impuesto por una sociedad, pero el amor hacia otros; no hacia uno mismo.
Parece que si vives solo no puedes querer y ser feliz, eres débil porque te falta una falsa media naranja.
No obstante, todos los seres humanos somos completos y no necesitamos a otros para vivir, aunque la influencia social existe y la interacción surge innata.
El amor no es eterno, es jodidamente sincero.
Es compartir, vivir, convivir, entender, soportar, equilibrar y cuidarse.
Cuidar al otro, pero cuidarse sobre todo a uno mismo, sin nadie y con todos los que te quieren como te muestras.
La sociedad nos ha exigido ponernos una meta, seguir un camino desde niños y tener todo definido, claro, conciso, dirigido y cuadrado.
La sociedad exige tener todo bajo guiones falsos.
Sin embargo, me miro al espejo, sonrío y entiendo que todos los humanos deberíamos estar perdidos e indefinidos.Seguir caminos inesperados y conocer gente que cambie hasta la raíz más podrida, para salvar la propia naturaleza; aunque no te salvas, si tú no entiendes tu propia fauna y la quieres como algo único e intangible que cambiará, pero te acompañará todo tu ciclo vital.
No quiero gente que construya edificios en mi interior, solo quiero gente que plante árboles que estén dentro de mi ecosistema, pero que me hagan crecer como mundo y sirva de evasión para otros humanos.

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