Por si lo necesitas, mi nueva (no tan nueva) lección.

Eras todo lo que andaba buscando, y anhelaba con todo mi ser.
Recuerdo que me enganché de tu sonrisa, de aquella mirada intensa, de las conversaciones, las risas. Había conseguido, por fin, tras tanto tiempo, sentirme en un cuento de hadas, y una 'tipa' deseada.
Lógicamente los meses fueron pasando, y aquello fue una adicción, paralela al descuido que estaba empezando a causar en mí, para alimentar aquellos escenarios que solo, y únicamente, estaban en mi cabeza. No sé si no era consciente, o simplemente no quise serlo, tampoco escuché al resto, vivía y bebía ajena de todos, y totalmente ensimismada de tu elixir.
Pero, como todo en la vida, también aquel jugo tan delicioso que me prometía todas mis fantasías (y no la realidad), venían con letra pequeña, y empecé a vivir cada uno de los efectos secundarios de haberlo usado mal: desesperación, desilusión, frustración, baja autoestima, forzar la situación y alimentación de un narcisismo.

Empecé a sentir que, aunque deseaba cada vez más aquellas ideas que estaban en mi cabeza y que encajaban a la perfección se cumplieran,  tú estabas más lejano y te tornabas distinto.

Jugaste con mi corazón, o más bien con mi amigdala causándola tanta inflamación, que el hipocampo y la parte racional desconectó, pero yo seguía viendo todo desde aquellas gafas que me había puesto (recordemos que así me sentía deseada o querida).

Y, finalmente, aquel beso me despertó de aquel sueño, y puse los pies en la tierra, ya habiendo ingerido la manzana envenenada, su jugo y todo lo que hubiese sido necesario.

Lo triste de esta historia, y por la que la público aquí, no es para quejarme de que tú fueras un cabrón (creo que no se trata de tener rencor).

Si algo saco en claro de esta historia, y a alguien le puede servir que hoy me quite la máscara de la revolución que soñé con ponerme desde los catorce años, con los que empecé este blog; es que realmente fallaron varias partes.

La realidad es que soñé con ser deseada o querida, porque la baja autoestima me estaba apuñalando por la espalda, así que quizás no podemos esperar la aprobación de todo el mundo, y mucho menos querernos porque alguien nos desea (más si es por aprobación masculina, ya que eso viene de un sistema patriarcal). Esto último, está relacionado con el amor romántico y con que sólo estamos completos si encontramos a alguien, pero a veces tienes que hacer un trabajo de introspección muy intenso para estar bien contigo, y quizás ahí estés mejor con otras personas, forzarte a tener una relación cuando estás mal psicológicamente no va a arreglar nada.
Por otro lado, también está bien escuchar a tu entorno, ya que a veces vives ajeno a tu realidad, debido a todo el sistema que hay montado de amor romántico, aprobación social y el sistema patriarcal que a las mujeres muchas veces nos ahoga. 
Y, lo último, que estoy intentando aprender es a darme espacio para conocerme, gestionar las emociones, y huir donde no me quieran en libertad (con su consiguiente comunicación y responsabilidad). 
A veces solo somos política de la carne, y la gente nos consume igual que consume un chuletón, simplemente para saciar su necesidad de poder y de sentirse bien. 
¡Cuidado! Eres mucho más, y lo que haces, lo estás haciendo lo mejor que sabes. Nunca nadie nació aprendido, así que date espacio, paciencia y déjate crecer. 


Te lo dedico y me lo dedico, ya que no fuiste un cabrón, solo me enseñaste una nueva lección, que espero que ayude a algún lector. 

Comentarios

Entradas populares