No sirve de nada quejarse y no cambiar (Texto ficticio)

Hoy me he sentado en el viejo acantilado.
Necesitaba desconectar y he huido de todo. 
He dejado mis cosas, mis personas y todo lo que me acompañaba y me he sentado aquí.
Las luces de mis ciudades se han apagado y, a estas alturas, ni un abrazo me salva del frío.
Estoy aquí, porque todo me ha decepcionado y empieza a ser desconocido. Pero, a veces, no queda más que gestionar tus monstruos de todos los colores y construir algo lo suficientemente fuerte como para aguantar el vendaval. 
Las ciudades han sido arrasadas por los huracanes y ya no queda ningún habitante por ellas. Todos los edificios que pensaba que aguantarían a la larga, se han venido abajo y el sol ha decidido que ya no es importante y se ha mudado donde le valoran. 
Volveré para quedarme y construir algo fuerte, porque no puedes dejar todo lo que tienes y venderte al diablo o a la facilidad. 
Pero, a veces, es necesario huir, sentarse y parar. 
Hoy he venido aquí, para tirar todos mis obstáculos, gritar a la nada para desahogarme y volverme hacia aquellos lugares que ya no están habitados. No sirve de nada quejarse y no cambiar.

V.K. Texto se ficción.

Comentarios

Entradas populares