Caminos

He decidido dejar las mochilas, porque el viaje se estaba relentizando.
He decidido meter lo básico: letras, música, palabras, cariño, libertad, resiliencia.
Y he seguido andando por un camino de incertidumbre.
Me quité las vendas que tapaban mis heridas, descubriendo que con aire y calma, cualquier cosa es superable.
Y me miré por última vez en el espejo,  para observar que mis ojos estaban brillantes y llenos de vida, otra vez.
Algún día imaginé que era mejor verlos tristes y me conforme con cargar los pensamientos y prejuicios de otros. No os voy a mentir, aún tengo un bolsillo en mi mochila donde lo guardo, pero cada vez intento que sea más pequeño.
Sigo caminando y quiero llenarme de otras personas, pero aún me siento frágil cuando me abrazan y me cuidan.
Sin embargo, bajo un fuego en un camino oscuro, escribí mis miedos y hoy se van disipando tras mis pasos.
Finalmente, descubrí una premisa aún más bonita, si caminas con la gente que te quiere, podrás hacer grandes cosas y los pájaros de tu cabeza, sólo son la libertad y rapidez de tu realidad.

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