Ha conseguido dejarla K.O.

No sabía muy bien donde se situaba, sin embargo sabía bien que estaba resurgiendo de nuevo.
Estaba volviendo a batir las alas, para volar muy lejos; muy lejos de lo malo, pero cerca del cariño de la gente que le rodeaba.
Se había hecho mucho daño a sí mismo y se había mentido durante largo tiempo, pero también estaba descubriendo que era hora de curar sus heridas con calma.
Estaba harto de encerrarse en su propia jaula, cuando él mismo era el que sabía que necesitaba libertad.
Estaba harto de creer en el amor tradicional, pero también en el amor liberar y en todo el amor que estuviese etiquetado de antemano.
Y estaba muy harto de no haber dicho las millones de confesiones que siempre se guardaba en su corazón, por miedo a que le dijeran un simple "no". Nunca se la había jugado y nunca había sido capaz de ser infiel a las demás personas, sin haberse disculpado después o sin haberse sentido la peor persona del mundo; sin embargo esas personas también le habían sido infieles ¡Y qué sano era!
Estaba harto de buscar su media naranja, de pensar que el amor le traería la calma y de aceptar a cualquier persona, aunque fuese huracán y le dejase su vida en ruinas. Era un error arrastrarse por personas que no perdían su tiempo con él; era una gran perdida de tiempo dar todo tu ser, a personas que siquiera significaban nada para él.
Era la primera vez que se quería, y sí, suena raro decir eso porque en teoría debería quererse desde un principio, pero nunca lo había hecho hasta ahora. Quizás se caería, no haría las cosas bien o se mudaría de la vida de muchas personas, pero sin duda seguirá en los hogares que le brindarán calor y fuerza.

Se veía perfecto cuando perdía los papeles en las noches de sábado o cuando se despeinaba en los conciertos de rock.
Se veía perfecto cuando lloraba tras una obra de teatro o una película y escribía una poesía en su mente en cada parada del autobús o a la chica que tenía sentada enfrente suya.
Se veía perfecto tocando su guitarra en aquella antigua muralla, mirando las luces de su ciudad, esa que quería y odiaba tanto.
Y se quería así, así de completo, así de él mismo, así de sensible y así de confuso.

Se quería y por ello apreciaba a las personas que le rodeaban, aunque quizás nunca las conociese personalmente y sólo de vista. Porque nadie entenderá que tras un día de mierda y un resoplo injustificado para la persona que tienes enfrente, una sonrisa a tiempo, puede salvarte.
Porque nadie entiende la felicidad que puede darte un niño con sus abrazos y su mirada de admiración. Porque nadie podría entender cuanto salva que te abracen en el momento preciso o te digan que todo irá bien.

Quizás siempre había sido un desastre de persona, pero por primera vez empezaba a querer a ese desastre  que llevaba consigo.

Y quizás no le vuelvas a ver o le veas despistado mirando al cielo, sin saber muy bien en que está pensando, pero te aseguro que pase lo que pase, si le brindaste calor y lo recuerda con aprecio, él te lo devolverá; aunque sin duda, por una vez en su vida no dejará pisarse por la inexistencia de una visión de inferioridad ante los demás, siquiera por la existencia dañina de su mente que por primera vez en su vida ha conseguido dejarla K.O.

V.K. Disculpad si este texto no se entiende demasiado bien. Además trataré de escribir más, de vez en cuando. 

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