13 de enero y 10 de octubre (Salud Mental).

Nadie entiende cómo pudiste llegar a ese punto de locura, donde todo pareció dar un giro trágico, que algunos calificarán como egoísta, otros como trastorno, otros no llegarán a entenderlo y empatizar con la situación, y algunos pocos se limitarán a reconocer que tenías problemas. 

Nadie se dio cuenta de que tus bromas, en realidad no lo eran tanto, y que el pensamiento de desaparecer era lo único que parecía aliviarte en medio de la tormenta. 

No sabes cual fue el motivo más fuerte, o si todo fue una sucesión de malas decisiones que fueron apareciendo en tu vida, y por lo que decidiste dar el paso final. 

Simplemente, creo poder asumir que los humanos somos vulnerables, igual que el resto de los animales y seres vivo, pero creemos que tenemos la inteligencia, la fuerza y la capacidad para enfrentar cualquier mal. Sin embargo, hemos construido un mundo que nos destruye, necesitamos alimentarlos de diferentes sustancias para sentirnos más eufóricos, para poder socializar o incluso sentir que nuestra vida no está tan mal, nos conformamos con una clase media, a pesar de que seguimos siendo esclavos de un sistema que absorbe y se alimenta de todos nosotros, reventando a los más débiles o vulnerables, solo porque no tuvieron la suerte de nacer en el mismo sitio. 

Quizás, la vida es una sucesión de problemas que has de ir resolviendo y cambiarlos por problemas menos leves, pero a veces sucede lo contrario, y te sumerges en una espiral de mierda, construida por pensamientos destructivos relacionados con la necesidad de poseer, de sentir y de construir o encajar en algún lugar. Todos esos pensamientos, si los reflexionamos, son necesidades creadas para que cada uno de nosotros consumamos, ya sea una casa, una nueva televisión, cremas, medicamentos, etc. 

Si seguimos reflexionando tenemos una sociedad zombie adicta a dichas sustancias o en su defecto a pastillas médicas que prometen curarte todos tus problemas, pero en realidad no lo hacen mágicamente, solo es un escalón para salvarte de toda tu mierda. 

Y, aunque sea así, aunque sientas que estas palabras tengan razón, que deberías mandar todo a la mierda, aislarte e irte a una cabaña como David Thoreau en Walden. No puedes hacerlo, y no hay manera de salir de este sistema, así que encima de sentirte un fracasado, de sentir que no eres dueño de tus decisiones, y que tu vida es una mierda, encima también eres un idealista. 

Convives con tus fantasmas, que en realidad es una serie de mecanismos no gestionados, porque nunca nos enseñaron el valor de la salud mental. Crees que todo lo que piensas acerca de ti es verdad, y que todo el mundo está pensando cosas horribles de ti, pero aun nadie hemos conseguido leer la mente de otros, así que una vez más sea tu mente poniendo en palabras de otros la visión que tienes de ti mismo. 

Sin embargo, comienzas a aislarte o a rodearte de muchas personas para no sentirte solo, empiezas a dormir poco o a dormir mucho, empiezas a dejar de tener apetito o por el contrario acabas con tu nevera. Sigues cada vez más lanzado y sin frenos hacia un agujero oscuro, poco calido, y poco acogedor, del que no sabes muy bien cómo salir. Si tienes suerte podrás ir a terapia e intentar gestionarlo a través de diferentes herramientas, pero hay otras muchas que sigues sin poder tener ayuda, porque vuelve a ser un bien que unos pocos pueden disfrutar (hablamos de salud mental y de vidas). 

En todo caso, sigues odiándote, sigues queriendo hacerte daño, quieres huir, alejarte, descansar, llorar, gritar, parar la vida. Quieres que tus problemas desaparezcan de golpe, que aquel tipo que te tocó, no lo hubiese hecho; o que esos problemas financieros no hubiesen aparecido; o que tu mente deje de decirte que nunca serás suficiente y que das asco... Da igual cual es el detonante, más complejo o más simplificado (que no simple), solo quieres frenar la rapidez del mundo, que tampoco es cálido para otros, y que siquiera puedes cambiar. 

Es por eso, que nunca nadie entenderá como cogí aquel pañuelo y mi pulsación dejó de funcionar, mi respiración dejó de escucharse, y mi recuerdo morirá con los míos. 

Pero, a veces limpiarles la caja a tus gatos, sentir su compañía y centrarse en las pequeñas cosas de la vida, por muy rutina que sea, te hace pensar que no estás solo,y que siempre habrá alguien para escucharte antes de llegar a la misma opción que yo. 


Comentarios

Entradas populares