Guerra parecida a Troya
Hay una guerra parecida a la de Troya.
Mis puertas están cerradas,
pero el caballo pasa por el arco,
incendia todo lo que un día era aquella poli
y deja escombros, en lugar de flores.
Hay barreras que la sociedad construyó,
pero los obstáculos aceptados como propios
han hecho que esa ciudad sea inestable.
Mi democracia, está en lucha con la dictadura
de aceptaciones crueles sobre mis leyes.
Y, actualmente, esta ciudad estará cerrada para
visitas.
Sin embargo, a veces la ciudad
anhela un visitante
que rompa las leyes,
que construya arte en sus interiores,
que haga pensar las normas sociales en los
jóvenes
y haga que los adultos tengan miedo de ser
echados.
Pero, espero que esta vez
no haya una muerte con cicuta.
Espero que haya una rebelión en el interior de esta
ciudad,
que tiene muchos saltos en la historia.
Deseo que sea capaz de mezclar a Sócrates con Butler,
que construya su propia historia y filosofía,
sin la necesidad de ser conocida.
Ojalá algún día,
todo esto haya seguido su cauce,
haya evolucionado,
aprendido y educado.
Porque estoy cansada,
porque estoy volviendo a hacer una quema de
libros,
pero esta vez la quema es de lo socialmente aceptado.
Tengo la necesidad de construir una mejor
persona.
Me da igual la riqueza en sus máximas,
el éxito comparativo
y la necesidad de ser conocida o admirada
por personas que nunca hubiesen querido mi ciudad a oscuras.
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