El cuadro de minorías.


Hoy me deshago con fuerza en mi habitación.
El desastre, no sólo va en el exterior,
pues todas mis ideas están amontonadas sobre la mesa,
impresas de lágrimas que nunca acaban de sanar.  
Hoy he entendido a que saben las promesas falsas.
También, he empezado a saborear la despedida de los sueños,
para liberarme de mi propia prisión.
Sin embargo, los grilletes siguen sumados a mis gritos,
esos que van sumados a mis taras
y esos que frenan mis pasos en el propio desarrollo.
Intento crecer como persona,
pero no puedo hacerlo si sigo teniendo bajo mis pies,
los lastres del pasado y los miedos que tenía.
No puedo ser libre,
si estoy segura cumplir
las características de un cuadro de minorías,
que al final la resiliencia les hace brillar más que el cuadro de mayorías.
Ahora no puedo perderme,
debo coger aire,
llevar la música dentro,
echar a andar
y olvidarme del resto.
Es egoísta, lo entiendo,
pero no puedo permitirme enamorarme falsamente
y no poder querer sinceramente algún día.

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