Cuatro notas músicales


Aquella noche estaba allí, convencida de que no me iba a gustar ese concierto, por mucho que mi madre me dijera que sí. Pero nada más empezar el concierto me dí cuenta de que mi madre me conoce mejor de lo que ni yo misma me conozco. Esa noche recordé lo que una vez sentí por la música o de toda la esperanza que por diversos problemas este año he perdido. Esa noche recordé lo que España vivió hace muchisimos años. Lo que supone no poder defender tus ideales por miedo a que un día en una pared extraña, una de las balas, que por destino, casualidad, se introdujo allí y que acabaría con  una persona que tan solo habló de lo que sentía. A veces me pregunto si en esas situaciones merece la pena perder tu vida por defender tus ideas, unas veces creo que sí, otras veces tan solo creo que yo no sería capaz. Por eso me di cuenta que admiraba a esos escritores,cantantes o tan solo personas que no temieron a la muerte por defender lo que algún día les habían quitado, sin lo que los ilustrados del siglo XVIII podían vivir, sin la razón ante la fe. Esa noche un montón de personas que quizás nunca nos habíamos visto en la vida, contábamos las mismas canciones de libertad, amor y paz. Allí en ese lugar que nunca había pisado, me di cuenta de que estaba perdiendo mi esperanza, que creía tener, había perdido lo que tantas veces había dicho jurar tener fuerza de voluntad ante las derrotas. Pero me daba cuenta de que yo misma no hacía nada de lo que hablaba a otros. Me daba cuenta de que había perdido todo lo que era, que ya no era lo que creía y que me consumia por miedo. En un año todo había cambiado y tan solo me había dado cuenta de la pura realidad. Había perdido todo por creer que podia ser fuerte, pero en el fondo tan solo había sido débil. Quería  vengarme de lo que tan solo una persona no puede vengarse, tenía tanto deseo de gloria que tuve que aprender a perder. Esta vida no es fácil y quien lo crea, es porque no ve más allá de sus ojos.

Comentarios

Entradas populares